Los niños que viven en los países con mayores tasas de mortalidad tienen hasta 60 veces más probabilidades de morir en los primeros cinco años de vida que los de los países donde la mortalidad es menor, según un informe publicado por la ONU.
Después de verificar que Belice no solamente cumplió sino que excedió las metas basadas en resultados de la iniciativa, se premiará al país con US$150.000 dólares, los cuales pueden ser invertidos por el Ministerio de Salud en cualquier proyecto de salud que considere de interés o prioritario.
La segunda operación de la ISM, la cual inició en julio de 2015 y culminó en julio de 2017, atendió específicamente a los distritos de Cayo, Corozal y Orange Walk, aportando atención y servicios de salud de calidad a más de 30.000 niños de menos de 5 ños de edad y mujeres en edad reproductiva.
Este proyecto contaba con un presupuesto total de US$600.000 dólares, el cual fue financiado por el Gobierno de Belice y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) con fondos de un grupo de donantes compuesto por la Fundación Carlos Slim, la Fundación Bill y Melinda Gates y el Gobierno de España.
La Iniciativa Salud Mesoamérica (ISM) es una alianza pública-privada administrada por el BID, creada en 2011 con el objetivo de apoyar a los países de Mesoamérica a lo lograr las metas de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, establecidos para el 2015, especialmente para mujeres y niños que se encuentran entre el 20% más pobre de su población.
Este modelo de desarrollo está basado en un modelo de financiamiento basado en resultados donde los donantes contribuyen el 50% del capital y el otro 50% es aportado por los gobiernos nacionales.
Si un país cumple con un conjunto establecido de metas basadas en resultados, recibe un premio equivalente al 50% de su contribución original, el cual puede ser invertido libremente por los gobiernos en el sector de salud de sus países.
La ISM se enfocó en mejorar el acceso a atención de salud de calidad para 1,8 millones de mujeres y niños en Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala, Belice y el Estado de Chiapas en México.
“El hecho de que más de seis millones de niños y niñas mueran antes de cumplir sus 15 años es un costo que simplemente no podemos permitirnos”, dijo Timothy Evans, Director superior de Práctica Global de Servicios de Salud, Nutrición y Población del Banco Mundial. “Es fundamental poner fin a las muertes evitables e invertir en la salud de los jóvenes para reforzar el capital humano de los países e impulsar de este modo su crecimiento y prosperidad en el futuro”.
Para los niños de todo el mundo, el período más arriesgado de la vida es el primer mes.
En 2017, 2,5 millones de recién nacidos murieron durante su primer mes de vida. Un bebé nacido en África subsahariana o en Asia meridional tiene nueve veces más probabilidades de morir durante su primer mes que un bebé nacido en un país de altos ingresos. Y los progresos desde 1990 para salvar las vidas de los recién nacidos han sido más lentos que en el caso de los niños menores de cinco años.
Incluso dentro de los países hay disparidades. Las tasas de mortalidad de menores de cinco años entre los niños de las zonas rurales son, como promedio, un 50% más altas que entre los niños de las zonas urbanas. Además, los nacidos de madres sin instrucción tienen más del doble de probabilidades de morir antes de cumplir los cinco años que los nacidos de madres que han realizado estudios secundarios o superiores.
A pesar de estos desafíos, cada año hay menos muertes de niños en todo el mundo. El número de niños que mueren antes de cumplir cinco años ha disminuido drásticamente, de 12,6 millones en 1990 a 5,4 millones en 2017, y lo mismo ha ocurrido con los niños de entre 5 y 14 años, cuya mortalidad se redujo de 1,7 millones a menos de un millón en el mismo período.
“Este nuevo informe pone de relieve los notables progresos logrados desde 1990 en la reducción de la mortalidad entre los niños y los adolescentes”, dijo el Secretario General Adjunto de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas, Liu Zhenmin. “Reducir la desigualdad mediante la prestación de asistencia a los recién nacidos, los niños y las madres más vulnerables es esencial para alcanzar la meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de poner fin a las muertes infantiles prevenibles y garantizar que nadie se quede atrás”.