MELONP: programa de control integral del embarazo en comunidades wichi del Chaco Salteño en Argentina.
EMBARCACIÓN, Salta, Argentina – Los días de Claudia Maturana y su equipo de trabajo en realidad comienzan de noche. “No hay otra forma de que rinda la jornada”, asegura con una sonrisa, mientras cargan los suministros médicos a la camioneta que todas las semanas los lleva por los polvorientos caminos del Chaco Salteño, una de las zonas más vulnerables de la Argentina.
Claudia es la Jefa del Servicio de Obstetricia del Hospital San Roque, ubicado en Embarcación, a 250 km. al noroeste de la capital provincial y a 1.660 kilómetros de Buenos Aires. En 2016, llegó a esta ciudad desde Santiago del Estero y la alarmó un dato: sólo el 2% de las gestantes cumplía con un control integral del embarazo. Los desafíos eran muchos en una población de alto riesgo sociosanitario, distribuida en una región vasta y por momentos inaccesible, donde el 26% es originaria de la etnia wichi (y representa el 60% de los embarazos de la zona) y vive dispersa en 91 parajes o misiones.
«Lo primero que había que comprender era no solo el territorio, sino la cultura wichi”, cuenta Claudia, mientras el sol que se asoma en el horizonte de la ruta 53 anticipa una jornada calurosa, aunque el otoño ya está terminando (en verano la temperatura suele alcanzar los 50 grados). Pero además estaba el desafío de convencer sobre la importancia de los controles y el acceso a la salud en una población con carencias notorias. “Había que establecer una estrategia que lograra la confianza de las comunidades aborígenes, que las mujeres se acercaran a los Centros de Salud”, agrega Omar Soria, médico tocoginecólogo del equipo.
Es así que pusieron en marcha el programa “MELONP”, desarrollado en conjunto con el Ministerio de Salud de la Provincia de Salta, el personal de Obstetricia del Hospital de Embarcación y la Fundación Garrahan, que consiste en que cada embarazada tenga acceso a una atención integral en su lugar de origen, con un equipo conformado por un médico obstetra (“M”), ecografía (“E”), laboratorio (“L”), odontología (“O”), consulta nutricional (“N”) y asistencia psicológica (“P”). Ya para el segundo semestre del 2017, ese 2% de cumplimiento de control total del embarazo en la zona se transformó en 79%, y en 2019 se convirtió en 93%.
Anualmente, ocurren 600 nacimientos de gestantes de los diferentes parajes del área operativa de Embarcación, y muchas veces no hay tiempo de derivarlos al Hospital San Roque. Por este motivo, en 2017, se organizó y equipó a las salas de parto de los diferentes Centros de Salud de la zona.
La conversación con los médicos es interrumpida por un llamado de urgencia: en Misión Chaqueña, ubicada a 45 km al norte de Embarcación, una mujer wichi está en trabajo de parto. La camioneta acelera y levanta polvareda en el recto camino de tierra, bordeado intermitentemente por campos de soja y monte autóctono.
Comienzan a verse los primeros ranchos de este humilde paraje rural y un cerco de madera nativa conduce directamente al Centro de Salud. Allí espera Griselda Díaz, enfermera wichi de 37 años, que conduce velozmente a Omar y a Claudia hacia la sala de partos. En la camilla está Leli Segundo, acompañada por Balbina Gutiérrez, partera ancestral de la comunidad, que la serena con pocas y precisas palabras en lengua Wichi Lhamtes. Gervasio, el padre, junto a parte de la familia, espera en silencio en el pasillo. Los médicos asisten el nacimiento y minutos después, y sin emitir ni un gemido, Leli da a luz a su quinta hija.
Minutos después llega una moderna ambulancia de mediana complejidad para trasladar a la recién nacida y a sus padres al Hospital de Embarcación para chequeos complementarios, al mismo tiempo que Balbina le entrega a la abuela la placenta de la beba. Ella la enterrará en el monte no solo para darle fertilidad a la tierra, sino también fortaleza y salud a la niña. “Y todavía no son ni las diez de la mañana”, bromea Claudia, mientras todo el equipo interdisciplinario vuelve a subir a la camioneta rumbo a Hickman, el siguiente paraje, ubicado a 30 kilómetros al norte de Misión Chaqueña.
Un pilar fundamental del “MELONP” es el respeto de las tradiciones ancestrales de la cultura wichi, con una arraigada mirada intercultural. El primer obstáculo a sortear era la barrera idiomática, para lo cual era indispensable integrar a los agentes sanitarios wichi al programa. “Ellos son nuestra voz en el territorio y fortalecen la confianza con la comunidad”, asegura Claudia.
“Yo hablo con el doctor cuando una mamá aborigen no sabe expresarse”, resume Pedro Roca, agente sanitario bilingüe que trabaja en Hickman. Hace 26 años se desempeña en centros de salud de la zona y conoce mejor que nadie la idiosincrasia wichi: “Lo que más les cuesta a nuestras mujeres es el parto hospitalario. Después no tienen en qué volverse y por eso no quieren ser derivadas”. Después de comprender estas problemáticas y del trabajo mancomunado de criollos y originarios, comenzaron a gestionarse soluciones. Por ejemplo, en septiembre de 2017, el Hospital San Roque se acondicionó con cuatro habitaciones para facilitar la estadía de las familias de las parturientas wichis, así como la provisión de comida.
En el Centro de Salud de Hickman, Claudia y su equipo son esperados a la sombra por numerosas mujeres aborígenes acompañadas por niños pequeños que se esconden detrás de sus largas polleras coloridas. Algunas están embarazadas, otras son puérperas. El equipo del “MELONP” se completa con el doctor Fernando Aramayo, en odontología, la licenciada Carina Argota, en Nutrición y la psicóloga Ana Julia, que comienzan a atender a sus pacientes. “La psicología es una disciplina que incorporamos hace poco, porque es alarmante la cantidad de embarazos adolescentes”, cuenta Claudia. Las cifras son categóricas: el 34,7% de las embarazadas es menor de 19 años, el 6,7% son menores de 15 años.
Las distancias en el Chaco Salteño son un factor determinante. Por eso, apenas se descargan los suministros médicos de la caja de la camioneta, Pedro tiene una tarea: ir a buscar a las parturientas más alejadas de Hickman que no han llegado al centro de salud para su control. “Pica el sol”, comenta, certero. Es mediodía y la temperatura ya supera los 30 grados, mientras la camioneta ingresa a Misión La Golondrina, a las afueras de Hickman, uno de los parajes más empobrecidos de la zona. “Antes era complicado llegar hasta estos lugares sin movilidad. Y cuando llovía, era imposible acceder”, recuerda Pedro. “Veníamos en moto, hasta en bicicleta”. Ese día, Pedro fue a buscar a Dalinda para que pudiera cumplir con sus controles.
El sol comienza a dar un respiro en el Chaco Salteño mientras se hunde en las copas de los quebrachos del monte. En la camioneta de vuelta a Embarcación casi nadie habla. Algunos cabecean. “Espero que a las siglas “MELONP” pronto le sumemos otra P, de Pediatría. Ese es el próximo sueño”, murmura Claudia, antes de quedarse dormida.
En el Chaco Salteño, una de las zonas más vulnerables de la Argentina, un equipo interdisciplinario de especialistas pone en marcha un programa de control integral del embarazo y parto respetado en poblaciones carenciadas de la etnia wichi.
superó con éxito las brechas de comunicación, incorporó elementos y prácticas de los pueblos indígenas en la experiencia del parto y mejoró las capacidades de los trabajadores de salud locales. Implementada en un marco de atención primaria de salud y salud universal, esta intervención es una fuerte estrategia para combatir la exclusión en salud y fortalecer la participación de las personas y comunidades en el sistema de salud para que la persona, la familia y la comunidad tengan voz en la toma de decisiones.
Si crees que puedes replicar esta iniciativa en tu comunidad, escríbele a las personas que la desarrollaron.