Posicionamiento Día Internacional de la Mujer
Panamá, 8 de marzo de 2023. En el marco del Día Internacional de la Mujer 2024, que tiene como lema “Invertir en las Mujeres, Acelerar el Progreso”, la iniciativa Every Woman, Every Child Latin America and the Caribbean (EWEC-LAC) hace un llamado a fortalecer las inversiones, la innovación y las políticas públicas de salud para reducir la mortalidad materna en América Latina y el Caribe.
Nueve de cada 10 muertes maternas son evitables, si todas las mujeres tuvieran acceso a métodos anticonceptivos modernos y a servicios de salud sexual y reproductiva de calidad, según el Grupo de Trabajo Regional para la Reducción de la Mortalidad Materna (GTR). Sin embargo, en la región, se estima que una mujer pierde la vida cada hora debido a complicaciones en el embarazo, parto o puerperio, derivadas de causas como la hipertensión arterial inducida por el embarazo, hemorragia, sepsis y abortos inseguros.
Es necesario redoblar esfuerzos para alcanzar el compromiso regional de reducir las muertes maternas a 30 por cada 100.000 recién nacidos vivos (RNV). Análisis del GTR, basados en estimaciones del grupo interagencial de mortalidad materna (UNMMEIG), muestran que debido al impacto de la pandemia COVID-19, esta tasa va en alarmante aumento. Según las estimaciones para América Latina y el Caribe, en 2020 la tasa de mortalidad materna alcanzó 88 por cada 100.000 RNV. Además, entre 2000 y 2010, la región fue la única en el mundo que no experimentó un descenso de esa tasa.
Asimismo, persisten grandes desigualdades entre países y dentro de ellos. Mientras que 11 países de la región presentaron una razón de mortalidad materna por debajo de 50 por cada 100.000 RNV, 14 reportaron una razón mayor a 50 y menor a 100 y seis tenían una razón alta o moderada, que oscilaba entre 100 y 350 muertes maternas por cada 100.000 RNV.
Las disparidades afectan de manera desigual a las mujeres según su nivel de ingresos, origen étnico, lugar de residencia, edad y niveles de educación formal, entre otros factores, lo que significa mayor riesgo de muertes maternas entre las mujeres indígenas, afrodescendientes, migrantes, viviendo en pobreza y en las áreas rurales. Por ejemplo, las mujeres y niñas indígenas y afrodescendientes enfrentan barreras producto de la exclusión y discriminación en los sistemas sanitarios o barreras estructurales como la ubicación geográfica, el acceso al transporte y a seguro médico, y la escasez de servicios de salud culturalmente apropiados y aceptables. Un estudio realizado en América Latina y el Caribe entre el 2020 y el 2021, mostró que 93% de las muertes maternas asociadas a la COVID-19 correspondieron a estos grupos.
Las brechas también impactan de manera diferente a lo largo del curso de vida de las mujeres. La región tiene la segunda tasa más alta de embarazos adolescentes en el mundo (53 por cada 1,000 adolescentes de 15 a 19 años) y, al mismo tiempo, la mortalidad materna es una de las tres primeras causas de muerte en las adolescentes en la región. Además, según el estudio “Retos para la salud de adolescentes en América Latina y el Caribe”, de EWEC-LAC y PMNCH, en todos los países de la región, la población adolescente tiene menores niveles de cobertura de demanda de anticoncepción que la población adulta, y las adolescentes indígenas, con bajos ingresos o con bajo nivel educativo enfrentan mayor riesgo de embarazos tempranos no planificados.
Ante este panorama, EWEC-LAC llama a que los gobiernos, aliados estratégicos y sociedad civil prioricen la salud materna y la prevención del embarazo adolescente en la región, formulando y garantizando las inversiones en estrategias y planes de salud basados en evidencia y focalizados en la equidad. Los nueve pasos para reducir la mortalidad materna propuestos por el GTR representan una guía para avanzar.
Es fundamental fortalecer los sistemas de recopilación, análisis y uso de datos desagregados de salud para promover políticas públicas que respondan a las necesidades de los grupos en situación de mayor vulnerabilidad, invertir en el fortalecimiento de los servicios esenciales de salud sexual y reproductiva para las niñas, adolescentes y mujeres y garantizar el acceso equitativo a estos, innovando en la prestación de servicios a través de la tecnología. Continuemos trabajando juntos para garantizar la salud sexual y reproductiva y la equidad en salud en general para todas las mujeres, niñas y adolescentes de América Latina y el Caribe.