La muerte neonatal se refiere al fallecimiento que se produce durante los primeros 28 días completos de vida entre los bebés que nacen vivos. Se clasifica en muertes neonatales tempranas, que ocurren durante los primeros siete días de vida, y muertes neonatales tardías, que ocurren entre el 7º y el 28º día de vida.
La tasa de mortalidad neonatal es la probabilidad de morir durante los primeros 28 días de vida, expresada por cada 1.000 nacidos vivos. En América Latina y el Caribe, esta tasa se estima en 9 muertes por 1000 nacidos vivos en 2021, por debajo de las 10 muertes por 1000 nacidos vivos en 2015, según el Grupo Interagencial de las Naciones Unidas para las Estimaciones de la Mortalidad Infantil (IGME de las Naciones Unidas). Pese a los avances, necesario continuar trabajando para disminuir las múltiples inequidades que impactan la vida de los recién nacidos y reducir aún más las muertes neonatales.
Las principales causas de mortalidad neonatal en la región son la prematuridad, las infecciones, la asfixia durante el parto y las anomalías congénitas.
EWEC-LAC colabora con la alianza neonatal regional y las alianzas neonatales nacionales para promover y proporcionar evidencia y apoyo técnico a intervenciones de alto impacto que aceleren el progreso hacia la reducción de la mortalidad neonatal en la región.
La prematuridad es la principal causa de muerte en los niños y niñas menores de cinco años, tanto a escala global como en América Latina.
En el mundo, se estima que 15 millones de bebes nacen prematuros cada año. En América Latina y el Caribe, sólo en 2020, nacieron 870,000 bebés prematuros: alrededor de 2,400 bebés cada día.
Sólo en 2021, 900,000 niños y niñas murieron a causa de complicaciones relacionadas con partos prematuros a nivel mundial. Adicionalmente, más de un tercio de los 2.3 millones de muertes neonatales fueron debidas a complicaciones directas del nacimiento prematuro.
A nivel regional, dependiendo del país, la tasa de nacimientos prematuros oscila entre el 5.8 por ciento y el 12.8 por ciento de los bebés nacidos en 2020 (con un promedio global del 10 por ciento).
Intervenciones de salud prenatal y de cuidado del desarrollo infantil temprano, como el Método Mamá Caguro (MMC) son estrategias que pueden contribuir a enfrentar este desafío y reducir la mortalidad neonatal.
La prevención de muertes y complicaciones derivadas del parto prematuro comienza con un embarazo saludable. Es importante impulsar intervenciones para mejorar la calidad de la atención prenatal en los centros de salud y hospitales, del parto asistido por profesionales de salud, y de la atención inmediata al recién nacido. Es esencial el fortalecimiento de las capacidades de los profesionales de la salud en herramientas para la prevención y atención de los nacimientos prematuros, así como para promover un desarrollo integral de los bebés.