CIUDAD DE MÉXICO, 16 de octubre de 2015 – En un esfuerzo por aumentar la conciencia y estimular el debate entre los principales interesados en la salud materno infantil a nivel mundial y regional con respecto al papel de la equidad en asegurar intervenciones de calidad para todas y todos en América Latina y el Caribe, Una Promesa Renovada para las Américas, en colaboración con la Alianza Neonatal y el Grupo de Trabajo Regional para la Reducción de la Mortalidad Materna celebran el evento: La búsqueda de equidad en la salud materna, neonatal e infantil en las Américas, el 19 de octubre, en el salón Don Américo del Hilton Ciudad de México Reforma, 17:00-18:20 horas, en el marco de la Conferencia Global de Salud Materno Infantil.
Los objetivos de esta sesión son presentar una visión global de los resultados clave del Informe regional de equidad en la salud, 2015, próximo a ser publicado, y compartir las experiencias nacionales y estrategias de salud materna y neonatal en la región que promueven la equidad.
Para muchos países en América Latina y el Caribe, el esfuerzo para lograr una cobertura universal de salud comenzó en los años noventa, con progresos notables como una reducción del 64% en la mortalidad infantil en los ultimos 20 años. A pesar de este progreso, persiste una brecha de inequidad en la supervivencia infantil entre los países. Las regiones más pobres, los paises menos desarrollados de renta baja, y las poblaciones más desfavorecidas y marginalizadas siguen cargando el mayor peso de la mortalidad infantil.
La evidencia demuestra, por ejemplo, que en Bolivia la tasa de mortalidad perinatal es 3 veces mayor entre las hijas e hijos de las mujeres sin escolaridad que en aquellas con educación secundaria o más, y dos veces mayor en El Salvador. La mayoría de las diferencias encontradas en la mortalidad perinatal, neonatal, infantil y en menores de cinco años se relacionan con la riqueza y la escolaridad de la madre.
En los países de la región con datos desagregados, la tasa de mortalidad infantil (TMI) es máxima en los grupos más pobres y entre los niños y niñas cuyas madres no tienen educación. Las brechas más amplias están en Bolivia, donde los más pobres tienen una TMI de 89 muertes por cada mil nacidos vivos versus 26 entre los más ricos, y en la República Dominicana, donde la TMI entre los más pobres es 37 versus 13 entre los más ricos. En Bolivia, cuando la madre no tiene escolaridad, la TMI es 4,5 veces mayor (TMI=107) que cuando tiene escolaridad secundaria o más (TMI=24).
La riqueza, el lugar de residencia y la educación de la madre están directamente relacionados con su capacidad para acceder a por lo menos cuatro visitas prenatales, asistencia capacitada en el parto, registro de nacimiento y chequeo postnatal para el recién nacido.
Aunque más del 80% de las mujeres en veinte países de América Latina y el Caribe tuvieron acceso a por lo menos cuatro visitas prenatales durante su último embarazo, existen grandes desigualdades. En Haití y Nicaragua, por ejemplo, la diferencia en acceso a por lo menos cuatro visitas prenatales entre las mujeres más pobres (51% en Haití y 61% en Nicaragua) y las más ricas (88% en Haití y 92% en Nicaragua) es de más de treinta puntos porcentuales. En Bolivia (63% entre las más pobres y 84% entre las más ricas) y Panamá (74% entre las más pobres y 97% entre las más ricas) las brechas están entre 20 y 23 puntos porcentuales.
Han sido documentadas tasas mayores de morbilidad y mortalidad entre mujeres indígenas que entre mujeres no indígenas: se ha calculado que en Guatemala las mujeres indígenas pueden tener una razón de mortalidad materna tres veces mayor que sus contrapartes no indígenas.
Las barreras de acceso al registro de nacimiento son otra evidencia de inequidad: es posible que a las niñas y niños sin registro les sea negado el acceso a los servicios de salud y educación. En América Latina y el Caribe, aproximadamente cuatro millones de nacimientos no están registrados.
Abordar las desigualdades y aportar una cobertura universal en salud es un imperativo para lograr una equidad en salud; la riqueza, el nivel de escolaridad, el género o el grupo étnico siguen siendo determinantes fundamentales en América Latina y el Caribe para acceder a una atención de salud pertinente y de calidad.
El evento «La búsqueda de equidad en la salud materna, neonatal e infantil en las Américas», presentará las siguientes tres alianzas regionales que están trabajando juntas para mejorar la salud materno infantil y de la adolescencia.
Una Promesa Renovada para las Américas (APR-LAC) es un movimiento interagencial que busca reducir las grandes inequidades en la salud reproductiva, materna, neonatal, infantil y de la adolescencia que persisten en América Latina y el Caribe. APR-LAC colabora con grupos regionales clave, los cuales incluyen gobiernos, agencias de desarrollo internacionales, representantes de la sociedad civil, instituciones académicas, el sector privado, instituciones profesionales y organizaciones no gubernamentales, para catalizar y apoyar esfuerzos liderados por los países para reducir las brechas en el acceso a atención en salud de calidad.
El Grupo de Trabajo Regional para la Reducción de la Mortalidad Materna (GTR) es el mecanismo regional que une los esfuerzos de diversas agencias del sistema de las Naciones Unidas, organizaciones bilaterales y multilaterales, redes profesionales y organizaciones de la sociedad civil para promover políticas regionales basadas en evidencias e intervenciones costo-efectivas en todos los niveles orientadas a reducir la morbilidad y mortalidad materna en el marco de un enfoque de derechos, equidad e igualdad.
La Alianza Neonatal es una asociación entre agencias internacionales y programas que trabajan para apoyar a los países en sus esfuerzos por reducir la morbilidad y mortalidad del neonato en la región de América Latina y el Caribe. De manera específica, la Alianza promueve políticas basadas en evidencia e intervenciones programáticas a nivel de la institución y la comunidad, enfocadas de manera especial en las poblaciones más vulnerables.